La llamada madre de la danza moderna mexicana, pionera en las expresiones
contemporáneas en el país, enlutó a la comunidad cultural nacional dejando un
legado de bailarines, coreógrafos y público agradecidos.
Por su larga trayectoria dedicada al arte, la coreógrafa y bailarina
Guillermina Bravo recibiría festejos en el Centro Nacional de Danza
Contemporánea en Querétaro (Cenadac), del cual es fundadora y hasta el pasado
miércoles, también era su directora general.
Creadora, intérprete, maestra. Guillermina Bravo es autora de 57
coreografías en vida, "algunas de ellas parte aguas no solamente en lo que
es la vida escénica del país, sino de la vida cultural".
Colaboró con más de 100 personalidades como Carlos Monsiváis, Diego Rivera,
Frida Kahlo, Carlos Chávez", recuerda Corsantes. Sus allegados le decían "La
bruja", de cariño.
Ahí en Querétaro murió Guillermina. Dejó dos hijos que la
extrañan. Su cuerpo fue llevado al Cenadac y al día siguiente fue trasladado a
la Ciudad de México para recibir un homenaje en el Palacio de Bellas Artes.
Por: Alejandro Pacheco
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